martes, 8 de abril de 2008

De por qué los argentinos nos subimos a automóviles y aceleramos hasta hacernos concha contra algo.

El tránsito vial es nuestro discurso. Nuestro reflejo. Conducimos mal, pero creemos que conducimos bien. El primero gana. El más rápido gana. No nos trasladamos, salimos a la cancha. Es cierto que son sexys el hierro y la sangre, ya lo mostró Cronenberg en Crash. Y que somos un pueblo caliente. Pero también melancólico, fatalista y mortalmente talentoso.
Nos matamos porque se nos da la gana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tiraste 4 conos a 3 km por hora en tu examen de manejo, verdad?